La piel humana está cubierta de una gran cantidad de poros: 100 por centímetro cuadrado. Las glándulas sebáceas hidratan y protegen la superficie del cuerpo a través de ellos. Esto es normal. Sin embargo, a veces los poros se llenan de piel muerta, suciedad y polvo, y la parte superior se obstruye con sebo.
Los puntos negros pueden aparecer, sobre todo en los lugares de mayor actividad de las glándulas sebáceas: en la cara (nariz, frente, mentón), espalda y cuello. En la adolescencia, durante la menstruación, el embarazo o la menopausia, la inflamación de la piel puede ser provocada por el trabajo de las hormonas.
Si vuelves de un día en la ciudad y no te lavas la cara, todo el polvo de la carretera que levantan los coches se quedará en tu rostro. Si no te gusta el proceso de desmaquillarte, los restos de polvos, colorete y base formarán un agradable polvo de compañía.
Si te lavas la cara con jabón varias veces al día, te frotas un par de veces con tónicos y lociones y, por último, la tratas con alcohol para desinfectarla, ¡enhorabuena! Matarás por completo la capa protectora de la piel. Con un efecto tan activo, la persona queda una y otra vez indefensa ante las bacterias circundantes, lo que las glándulas sebáceas perciben como una señal de alarma. Como resultado, tal cosa solo puede lograr el efecto contrario: la grasa comenzará a desprenderse aún más rápido y de forma más activa.
Si intentas eliminar los puntos negros con peelings frecuentes, el efecto será el mismo que en el caso anterior. Además, si el exfoliante es demasiado áspero, puedes dañar la piel incluso mecánicamente. Tócate la cara lo menos posible y solo con las manos limpias. Si te pica la nariz, usa una servilleta de papel, sobre todo si hace un segundo te has agarrado del pasamanos en el metro. Imagina que puedes llegar a tu piel desde allí.
Fumar también puede provocar problemas en la piel. Además de que este hábito nocivo hace que la piel se vea opaca y te hace envejecer antes de tiempo, fumar puede contribuir a los procesos inflamatorios en la piel. Si te preocupan los puntos negros en el cuello, los hombros o la frente (si llevas flequillo), fíjate en lo que utilizas para lavarte la cabeza. Los restos de cremas hidratantes para el cabello o productos de peinado fuertes se transfieren a la piel y pueden obstruir los poros.
Contrariamente a la creencia popular, la alimentación no afecta al estado de los puntos negros. Aunque no es muy útil comer todos los alimentos grasosos, fritos o dulces en general, no habrá más puntos negros por ello. Existen varios métodos básicos para limpiar la piel de puntos negros:
#1. Eliminación mecánica. Se realiza en un salón profesional o en casa. Este método te dará un efecto rápido, pero, por desgracia, de corta duración. No se recomienda eliminar los puntos negros por ti mismo o con un profesional poco fiable: existe un gran riesgo de infección y también pueden quedar cicatrices.
#2. Procedimientos cosméticos. Peelings ácidos, limpieza con aspiradora, depilación con ultrasonidos: puede encontrar la lista completa en salones de belleza y centros de cosmetología. Estos procedimientos pueden ser efectivos si no tiene ninguna contraindicación.
#3. Mascarillas y exfoliantes con diferentes efectos. Pueden exfoliar tu piel y también aclarar los puntos negros. Puedes encontrar un remedio adecuado para tu marca de cosméticos favorita o prepararlo en casa.
#4. Cambiar el estilo de vida. El método más complejo, pero también el más eficaz. Cuida tu rostro adecuadamente, compra cosméticos de calidad y deshazte de los malos hábitos. Si los otros métodos dan solo un resultado temporal hasta que aparezcan nuevas inflamaciones, este te garantizará una piel limpia y suave durante mucho tiempo.
#5. Tratamientos caseros:
- Mascarilla de arcilla blanca. Mézclala con agua tibia y aplícala en tu rostro durante 15 minutos.
- Mascarilla de miel. Aplica miel en tu rostro durante unos diez o quince minutos.
- Mascarilla de kéfir. Aplícala en el rostro durante 15 minutos.
- Mascarillas de limón y miel. Mezcla limón con miel y aplícalas en el rostro durante diez minutos.
- Tónico de limón. Mezcla jugo de limón, jugo de pepino y miel. Luego agrega agua.
- Mascarilla de fresa. Licúa estas bayas, añade harina y aplícalas en el rostro durante diez minutos.
- Mascarilla de bicarbonato de sodio. Mézclalo con agua y aplícalo en tu rostro durante quince minutos.
- Mascarilla de carbón activado. Mézclala con agua y aplícala en el rostro durante diez o quince minutos.
- Exfoliante de miel y canela. Mezcla miel con canela y masajea tu rostro durante 10 minutos.
Pruébalo ahora para ver la mejor versión de ti mismo lo antes posible.
- Mascarilla de leche y gelatina. Mezcla estos dos ingredientes y aplica la mascarilla en tu rostro durante veinte minutos.
- Mascarilla de clara de huevo y azúcar. Mezclar los ingredientes y dejar actuar la mascarilla hasta que se seque.
- Mascarilla de limón. Mezcla limón con clara de huevo y azúcar. Aplica la mascarilla sobre la piel durante 5 a 15 minutos.
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